Tintero
Para guardar plumas y tinta. Forma parte de la colección de Gordailua
Descripción:
Tintero de Porcelana de Pasajes. Pieza rectangular hueca colocada sobre cuatro pies cortados, con una larga depresión en la parte superior en la mitad delantera y dos orificios circulares en la posterior. En estos dos últimos se ubican los recipientes cilíndricos, el tintero y el cubo de arena, uno abierto y, con empuñadura central y varios orificios, el otro cerrado. Junto a estos dos últimos, por el exterior, aparecen otros dos pequeños contenedores, alargados y vacíos para colocar las plumas.
Porcelana de Pasajes
La Fábrica de Porcelana de Pasajes fue un emblemático y pionero centro de producción de porcelana y loza fina ubicado en la localidad guipuzcoana de Pasajes. Operó entre los años 1858 y 1910, llegando a ser uno de los establecimientos referentes en la manufactura artesanal de cerámica decorativa en España durante el siglo XIX.
Cafetera, tetera, azucarero, jarra y frutero. Col. Privada.
Los orígenes se remontan a 1851, cuando Charles Edouard Baignol, nieto del reconocido ceramista francés Étienne Baignol y perteneciente a una ilustre dinastía con una larga tradición en la fabricación de finas porcelanas en Limoges, propuso al Ayuntamiento de Pasajes de San Juan el establecimiento de una Real Fábrica de Porcelana en la antigua casa e iglesia de los Jesuitas de la localidad.
Jarra regalada a Mª Cristina 1887. Palacio Real.
La producción se centraba en vajillas completas, juegos de té, cafeteras, bandejas, platos, tazas, copas, jarras, lavabos, palanganas, jofainas, jarrones y delicadas figuras decorativas, caracterizadas por sus distintivos fondos blancos, elaboradas decoraciones polícromas de motivos florales, paisajísticos y geométricos, y elegantes dorados con pan de oro, siempre tomando como referencia el estilo y la calidad de la porcelana de Limoges.
Tintero. Museo San Telmo
Tras la disolución de la sociedad inicial en 1878, la fábrica pasó por diversos avatares y cambios de propiedad, con etapas de paralización y posteriores reaperturas. Hacia 1881 los nuevos propietarios Pedro Fussade y Ramón Llanos reiniciaron la producción con renovado impulso.
Jarra. Col. privada
Ya en 1895 los herederos de la familia Baignol iniciaron un complejo litigio para intentar recuperar la fábrica que finalmente no fructificó, por lo que el control permaneció en manos de empresarios españoles. En 1906 pasó a ser propiedad del prestigioso ceramista segoviano Daniel Zuloaga quien, con su experiencia y creatividad, dirigió los últimos años de producción hasta el cese definitivo en 1911.