Día Internacional de los Museos 2020

18/05/2020
Traemos una nueva propuesta para celebrar el Día Internacional de los Museos: ¡Saborea el Museo! Sabemos que Tomás Zumalacárregui era un gran aficionado al chocolate caliente. Contamos en nuestra colección con su neceser de campaña que contiene un vaso de plata. Suponiendo que tomaría chocolate en este vaso, proponemos un acercamiento a esta costumbre de la época. Con la ayuda del confitero Rafa Gorrotxategi, proponemos un reto a nuestros seguidores. ¡Animaos a preparar un chocolate caliente siguiendo sus consejos!

El neceser de campaña que veis perteneció a Tomás Zumalacárregui. Una de las piezas que lo forman es el vaso de plata. Es posible que lo utilizara alguna vez para tomar el chocolate que tanto le gustaba.

Necessaire Campaña Zumalacarregui

Neceser de campaña de Tomás Zumalacárregui.

El consumo de chocolate líquido estaba muy extendido entre nosotros durante el siglo XIX. El siglo anterior la Compañía de Caracas puso a Gipuzkoa en la cumbre del comercio europeo de cacao. Los viajeros en tiempos de Zumalacárregui cuentan cómo los vascos tomaban su taza de chocolate dos veces diarias, por la mañana y a media tarde.

Charles Frederick Henningsen, voluntario británico que compartió un año  con el general carlista relata cómo Zumalacárregui herido cuando era transportado entre Bilbao y Durango tomó dos veces chocolate mientras decía: “no podré tomar otra cosa”, lo que confirmaron los médicos.

Pernan Goñi Zumalakarregi zauritua

Imagen elaborada para este proyecto por Pernan Goñi ilustrador y amigo del museo.

El Museo Zumalakarregi también tiene su relación con el chocolate. Celebramos el Día Internacional del Museo de hace 28 años, ofreciendo a nuestros visitantes chocolate elaborado con las técnicas del siglo XIX por nuestro amigo Jose Mari Gorrotxategi. El pasado año nos dejó Jose Mari, vaya desde aquí nuestro más profundo agradecimiento al alma del Museo de Confitería de Tolosa.

Jose Mari Gorrotxategi

Jose Mari Gorrotxategi elaborando el chocolate en Ormaiztegi, en 1992.

Hoy contamos con su hijo Rafa Gorrotxategi, para que nos cuente cómo se hacía el chocolate durante el siglo XIX. Os animamos a preparar un chocolate caliente siguiendo sus consejos. Entrareis en un sorteo de un lote de productos Gorrotxategi si nos enviais vuestra experiencia por las redes sociales. Más información de la mano de Rafa en torno al txokolate (vídeo)

 Eider Arruti, responsable de educación y de comunicación del museo, con el confitero de Tolosa Rafa Gorrotxategi.

Tolosa tiene una larga tradición chocolatera.  Un viajero ilustre, Alejandro Dumas, nos cuenta cómo en octubre de 1846, va a Madrid a la boda de su amigo el Duque de Montpensier, acompañado por su hijo homónimo. En Tolosa toman: “cinco dedales llenos de un líquido espeso y negruzco que parecía un brebaje preparado por alguna bruja de Tesalia”.  El chocolate era excelente, quisieron repetir pero no pudieron.

Trench Tolosa

Tolosa en la época en que Dumas tomó el chocolate. Fuente de la ilustración.

Otros textos de la época confirman la afición generalizada al chocolate. Así nos lo cuenta “El cocinero Instruido”:

“De todas las producciones importadas de nuestras Américas, ésta y el tabaco han sido las que más popularización han obtenido, si prescindimos del azúcar. Desde los más elevados alcázares, hasta las chozas más humildes, en todas las despensas, en todas las alacenas y acaso en los carcomidos arcones ocupa un lugar privilegiado: ella forma la primera ocupación matutina de la persona encargada de las operaciones culinarias; y en no pocas provincias de nuestra Península, la preparación del chocolate es también la primera ocupación vespertina de nuestras maritornes.(…)

Los sanos toman el chocolate, por recreo, los enfermos le toman por alimento; y es un obsequio muy bien recibido del abogado que gana el pleito, de la doncella que se casa, de la recién parida, del maestro del niño, del director de colegio que adjudicó el premio al señorito. Suele también servir de vergonzante socorro á la viuda que carece de facultades, a la monja que no tiene recursos, al enfermo acogido á los establecimientos de beneficencia”

El propio Zumalacárregui, para agasajar al embajador británico Lord Eliot, que vino a suavizar la crueldad de la guerra, le invitó a tomar chocolate. Tras firmar el tratado que supuso el hacer prisioneros en lugar de fusilar directamente a los enemigos vencidos, lo llevó al monasterio de Iratxe a tomar una taza de chocolate. Le comentó que “había unas monjas muy guapas y que hacían un excelente chocolate”.

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Lord Eliot

Lord Eliot embajador británico que dio nombre al primer tratado humanitario de la guerra carlista.

El coronel Gurwood, secretario de Lord Eliot en esta misión, confirma  el mencionado suceso. El 25 de abril, tras firmar el tratado:

“A las diez, tras el chocolate, partimos con Zumalacárregui, Ituralde, Carlos O’Donell y todo el Estado Mayor hacia Mendaza. (…) Luego nos dirigimos al convento de Yrachi   -monjas- chocolate y dulces.”

Volviendo a nuestra propuesta, animaos a preparar vuestro chocolate y conpartid vuestra experiencia con nosotros. Seguir la receta de Rafa, o enséñarnos vuestra receta favorita compartiéndolo en redes sociales mediante fotos o vídeos.
Condiciones para participar en el sorteo:

  • Sacar una foto o graba un vídeo del proceso de tu receta.
  • Compartir vía Twitter, Facebook o Instagram
  • Utilizar hashtag #SaboreaElMuseo
  • Mencionar el museo: @Zumalakarregi

Entre todas las personas participantes se realizará el sorteo de un lote de productos de Rafa Gorrotxategi. El plazo para enviar propuestas finalizará el 31 de mayo. ¡Saborea el Museo!

Bases del sorteo (PDF)