Marinero
El mayor problema de la pesca en aquella época era su conservación, utilizándose sal, vinagre, limón e incluso nieve, pero el transporte encarecía mucho el producto.
Aita Mari se presentó como voluntario ante el Comandante de Marina de San Sebastián, junto a otros 9 pescadores, en mitad de la tempestad, para tratar de salvar a los náufragos del San José. Teodora Lamadrid, famosa actriz de aquella época, ofreció una representación en memoria de los damnificados y en honor a los salvadores. Al finalizar la representación, Aita Mari subió al escenario para entregarle una corona a la actriz, pero ella se la devolvió contestándole que era para él. El público reaccionó con una gran ovación.
A pesar del invento del vapor, éste no se aplicaba a los barcos pequeños y los pescadores pescaban en chalupas de vela y remo.
El 9 de enero de 1866, murió sepultado por las olas al intentar un nuevo salvamento de dos txalupas de Getaria, Elkano 1 y Elkano 2, a quienes les había sorprendido la galerna. Ese fatídico día murieron 38 pescadores. En los puertos de San Sebastián y de Zumaia se erigen sendos monumentos en honor de Aita Mari.