Don Carlos María Isidro de Borbón, hermano del rey Fernando VII, nació en Madrid en 1788. Primer miembro de la línea de la casa de Borbón (carlista) que pretenderá acceder al trono de España. Cuando en 1830 Fernando VII derogó la ley sálica para que su recién nacida hija Isabel pudiera acceder al trono, el infante Don Carlos, sucesor hasta ese momento, se negará a aceptar la Pragmática Sanción que le aparta del trono para concedérselo a su sobrina. Se negó a enfrentarse directamente a su hermano, aunque conspiró desde su destierro de Portugal, hasta que éste falleció en octubre de 1833. La sublevación del general Santos Ladrón en la Rioja y la proclamación como monarca de Carlos V en Bilbao y Vitoria dió inicio a la Primera Guerra Carlista.
Don Carlos deberá huir de Portugal ante el acoso del general liberal Rodil y se establece en Londres. A pesar de estar vigilado consigue llegar a Francia en julio de 1834 y, con la ayuda de contrabandistas vascos, entrará en Navarra para unirse a las tropas de Tomás Zumalacárregui , al que confirmará como general en jefe de su ejército en el Norte. Después de una primera fase en la que se limitó a huir de sus perseguidores liberales, especialmente Rodil, pudo establecer una corte, aunque esta fuera trasladada en función de los avances militares. Oñate, Estella, Tolosa o Durango fueron algunas de sus sedes.
El fracaso del sitio de Bilbao y la muerte de Zumalacárregui, le obligaron a cambiar de estrategia, dando paso a la fase de las expediciones que trataron de extender la guerra a toda la península. Destacan la Expedición de Gomez en 1836 y la que dirigió el propio Don Carlos, la Expedición Real, que llevará al pretendiente y sus tropas a las puertas de Madrid. El fracaso de ésta última dará paso a una fase de estancamiento de la guerra caracterizada por las disensiones entre los dirigentes carlistas.
Don Carlos castigó a los que consideró responsables del fracaso de la expedición, desde el Infante Don Sebastián al que reveló del mando del ejército, hasta Zaratiegui, Simón de la Torre, Villarreal, Elío o Eguía que fueron confinados o encarcelados.
La corte de Don Carlos era dominada por los apostólicos, partidarios de continuar la guerra. Un amplio sector del carlismo vasco, en cambio, apostará por poner fin al enfrentamiento bélico. Don Carlos, traicionado por el general Maroto, tuvo que exiliarse a Francia, tras el Convenio de Bergara. El abrazo entre Espartero y Maroto, puso fin a siete años de guerra en el territorio vasco, a cambio del respeto a los Fueros y olvidando por completo el problema dinástico.
Don Carlos abdicó sus derechos en su hijo Carlos Luis, Conde de Montemolín, que adoptó el nombre de Carlos VI.
Tras unos años de exilio en Bourges junto a su segunda esposa, la Princesa de Beira, se trasladó a Trieste donde murió en 1855.