"Además, contaba Plencia una compañía de mujeres llamadas urbanas, organizada con banderas, armas y tambores, y “los carlistas”, nos dice un jefe de ellos, encontraron en la hermosura de aquellas nuevas amazonas armas más terribles para rendir valientes, que el débil fusil y la pequeña canana que completaba su equipo.
Antonio Pirala. Historia de la guerra civil y de los partidos liberal y carlista.Madrid, 1858