A mediados del siglo XIX comunidades europeas se dedican profusamente a la exploración. Las personas que participaban en estas campañas se internaban en territorios cuyos mapas estaban en blanco. Mientras tanto en París se funda la revista Le Tour du Monde en 1860, para recoger los testimonios de estas exploraciones.
En ella, desde la perspectiva colonial e imperialista de la época, los relatos de estas personas nos ofrecen una amplia mirada sobre el mundo, mayoritariamente masculina. Pero también hubo mujeres exploradoras. Hoy os presentamos algunas de las que aparecen en esta revista. Podemos afirmar que, en líneas generales, estas valientes mujeres nos ofrecen una mirada más empática hacia los indígenas, aunque se embarcaron en expediciones tan temerarias y audaces como sus homólogos masculinos.
Podcast "Mujeres exploradoras del siglo XIX"
Ida Pfeiffer
Viena (Austria) 1797-1858
Ida Pfeiffer es nuestra primera exploradora. Fue ama de casa hasta los 45 años cuando, tras finalizar la educación de sus hijos decidió iniciar sus viajes. En poco menos de diez años dio dos vueltas al mundo y fue la primera mujer admitida en las sociedades geográficas de Berlin y París.
Lisa Barbier Cristiani
París (Francia) 1827- Tobolsk (Rusia)
La segunda es la música Lisa Barbier Cristiani. Con su violonchelo recorrió 20.000 km. a través de Siberia. Mostró su virtuosismo en lugares donde jamás había tocado un músico profesional. Falleció en la ciudad siberiana de Tobolsk como consecuencia de una epidemia de cólera.
Alexandrine Tinné.
La Haya (Holanda) 1835 - Murzuk (Libia) 1869
Alexandrine Tinné fue la primera europea que trató de cruzar el desierto del Sahara. Miembro de una acaudalada familia holandesa, anduvo durante tres años buscando las fuentes del Nilo, cruzandose en el camino de los renombrados Speke y Baker. Encontró la muerte en su última exploración al ser atacada por un grupo de tuaregs en el desierto libio.
Florence von Sass
Transylvania (Ungaria, actual Rumanía) 1841- Devon (Ingalaterra) 1916
Florence von Sass fue comprada en un mercado de esclavos por su futuro marido el viajero Samuel Baker. A partir de ahí se convirtió en la figura indispensable de las expediciones en las que encontraron una de las fuentes del Nilo en el lago Alberto en los años 1860 o, diez años después, la militar que dirigió Baker con el fin de acabar con el comercio de esclavos al sur de Egipto.